Hola a tod@s
pues ...aquí estoy porque entre Ana...,la Mayte...y la MariCari, me han estado picando...con lo de participar en el relato....¡¡¡jajajaja!!!
y a mí me llaman "lianta"....pero es que me da mucho, que digo mucho, muchísimo apuro mostrar mis textos...bueno por fin me he decidido y he escrito cuatro lineas ahora estoy colorada como un tomate...
pero tomo el relevo y voy como una loca hacia la meta con el cap.16 debajo del brazo....
De momento este es el último capítulo, que yo sepa, de esta interesante iniciativa que ya expliqué como funcionaba en este post ....y ahora para que tod@s podamos seguir el hilo de esta apasionante historia que comenzó Ana, del blog De ratones y Mujeres, os voy a poner a continuación todas las partes escritas hasta ahora...jejeje!!!...
Yo recojo el testigo de la mano...digo de La Teta Reina... jooeeerr que lío del blog Con La Teta hemos Topado y desde allí...intento continuarlo... je,je.
Comienzo:
Se había despedido de él con una sonrisa de quinceañera en los labios, el corazón latiendo con fuerza, los ojos brillantes, y una sensación de paz que no se correspondía con la tarea que tenía que haber realizado. Mientras se alejaba de aquella casa, las imágenes de la noche que acababan de pasar juntos le venían como destellos a la mente. Todos los movimientos, los susurros, las caricias, las risas, todo había sido fascinante, no lo esperaba, no eran los sentimientos que debía llevarse de aquel encuentro. Golpeó en el suelo con su bota para borrar las imágenes y logró recordarse que a ella la pagaban por matar. La próxima cita era dentro de tres días, esta vez no podía dejarse llevar, tenía una misión que realizar. Ana
Se odiaba por no haberlo hecho. Por haberse dejado seducir y no estaba dispuesta a que volviera a ocurrir. Se quedó toda la noche en blanco pensando lo que tenía que hacer y cómo lo iba a hacer. Tragó saliva, saco el arma, la abrió, miró el cargador.. estaba vacío, lanzó un disparo al espejo donde se estaba reflejando... “te odio” se dijo a si misma.... “te odio”.. “lo has complicado todo. Ahora tienes que solucionarlo..."... Guardó el arma en el cajón de la mesilla, se tumbó en la cama e intento dormir. El tiempo se acaba.... Un continuo tic, tac retumbaba en su cabeza... Alma Máter
Debía completar su misión. Su entrenamiento debería ayudarla a quitar de su mente y su corazón aquella noche y cumplir lo encomendado. Ya han pasado tres días de aquello y aun tiembla al recordarlo. De todos modos, aquello seria una relación imposible de continuar, su estilo de vida, su trabajo no se lo permitiría. Preparo el arma y la escondió en su espalda, recogió el cabello en una coleta y se disponía a salir a hacer su trabajo, cuando escucha pasos y de pronto la puerta se abre violentamente... Cheli
Sus ojos están a punto de salirse de las órbitas cuando ve aparecer en el umbral de la puerta al hombre que ha de matar. No necesita pensar qué hacer. En un movimiento fugaz, su mano empuña el revólver, apuntando a la cabeza del que ha de convertirse en su víctima. Su muerte será un paso más hacia su liberación, hacia la posibilidad de tener una vida normal algún día.
El hombre tarda unos segundos en reaccionar. Su mirada pasa del oscuro ojo del cañón del arma a los fríos ojos de ella, preguntándose si no se ha vuelto loco. Con la mano se coge el costado, bajo la chaqueta.
-¿Carla? -dice con voz inexpresiva, llena de incomprensión.
Ella no reacciona ante el nombre, no es el suyo, ni siquiera el que perdió hace ahora tanto tiempo, en otra vida y otro lugar.
El hombre cae al suelo antes incluso de que apriete el gatillo. La contempla con ojos vidriosos que ya no pueden verla. La chaqueta se abre, y queda al descubierto una gran mancha de sangre, contrastando con la blancura de su camisa. Ella mira el arma, fría en sus manos. No es ella la que le ha producido aquella herida. Anto
Miles de veces había pensado en que llegaría este momento. El momento del arrepentimiento. Le habían enseñado y había aprendido con sangre, sudor y lágrimas que debía ser dura: "no sentir, no sentir, no sentir", ese era su tantra de los últimos 3 años. Pero, una vez más, el destino quiso que se mezclaran sentimientos con trabajo. Otra vez se dio cuenta que se volvían a mezclar el escalofrío del amor con el escalofrío de tener la sangre fría para apretar el gatillo. Pero esta vez no ha sido ella. Y eso aún la confunde más.
Recoge al hombre con todas sus fuerzas, y se prepara para cargar con él en el ascensor, meterlo en el coche y buscar una explicación a las últimas doce horas. Cactus Girl
Ha llegado al garaje del edificio y a pesar de que hace una noche fría, nota como el sudor empapa su ropa.
Le cuesta introducir el cadáver en el maletero. Con las manos sudorosas, retira el flequillo de su cara. Abre el coche y tira la pistola en el asiento trasero.
Enciende el motor e intenta salir del garaje despacio pero sin pausa, no quiere llamar la atención. Un coche entra e intenta cubrir su rostro con la mano. La luz de sus focos la iluminan.
Una vez en la calle, no sabe a donde ir, que dirección tomar. No tenía un plan B. No contaba con una situación así.
Los rayos de la luna apenas iluminan. La lluvia ha empezado a caer suavemente.
- Bien -se oye decir a sí misma- si yo no he sido............... ¿quién ha sido?
No me habían dado plazo para hacerlo, pero se ve que tenían ganas de narices de quitárselo de encima. Aunque................. eso ................. significa que me estaban controlando..............
No entiendo nada. No...................... puñetasssssssssssss ¿dónde va ese loco? Es que ¿no ha visto el semáforo en rojo? Seguro que va ciego.
Piensa en la última noche que pasó con el individuo. No estaba bien mezclar trabajo con sentimientos. No, no lo está -se dijo-
Pero aún así, lo iba a hacer. Si, lo iba a hacer. Haría ese último trabajo. Él sería un recuerdo, un recuerdo que le trajo otro recuerdo de un pasado ya tan lejano que pensó que estaba olvidado así como el dolor que la dejó.
Uffff ¿A dónde voy? ¿Qué voy a hacer con el cadáver? ¿Por qué me lo he tenido que llevar si yo no he disparado?
Mira su reloj. Son las cuatro de la mañana. Algo tengo que hacer. Tendré que llamar a Don......... X por teléfono y decirle lo que ha pasado. Bardinda
Busco nerviosa en su bolso, el móvil tenía que estar en el. Se maldijo por llevar tantas cosas, después de revolver una y otra vez optó por vaciar el contenido del mismo en el asiento de al lado. No estaba el móvil, se mesó nerviosa la melena ¿Donde lo había dejado? Intento poner orden en la secuencia de los hechos, todo sucedía demasiado deprisa y no se sentía capaz de recordar con precisión.
Vio una letrero de neón azul, se trababa de un bar y estaba abierto, detuvo el coche frente a la puerta y se dirigió hacía el con la idea de tomar un café que la despejase y al tiempo ganar un poco de tiempo para pensar.
El local disponía de varias mesitas estilo Thonet con sillas a juego este detalle la hizo sentir cómoda al mismo tiempo que se preguntaba que ante semejantes circunstancias pudiese reparar en este detalle, sin embargo se sentía más liviana por ello, se sentó en una de ellas, miró a su alrededor y vio a dos parroquianos sentados en la barra que charlaban animadamente entre ellos y con el camarero, no habían reparado en su presencia. Se trataba de dos chicos jóvenes y por la conversación parecían estudiantes que salían de una biblioteca cercana donde habían estado estudiando para los parciales del trimestre, sonaba una balada de Carole King, It’s too late, sonrío con ironía, sin duda era demasiado tarde.
El camarero se acercó a ella y preguntó que quería tomar.
-Un café solo por favor- respondió ella.
Le gustaba aquel lugar y aspiró el aroma del café, no quería pensar en el contenido del su maletero, no podía. Wendy
Se llevó lentamente la taza de café a los labios sin apartar la mirada de aquél camarero; le resultaba familiar. Bruscamente, soltó la taza cuando apenas se había mojado los labios. El camarero esquivó su mirada, y caminó hacia la cocina en un intento de disimular. Parecía proclamar a los cuatro vientos sus pensamientos: "La muerte de tu enemigo es el camino más corto hacia la gloria". Casi de un salto llegó al aseo. Abrió la puerta del baño de señoras y entró. Encendió la luz y, tras unos segundos, tiró de la cadena del water. Después, pausadamente, manejó el picaporte con maestría, haciendo el mismo ruido que hace un gato cuando camina por la hierba acechando a su presa. Se introdujo en el aseo de caballeros y observó la estancia. La ventana podía ser un hueco perfecto para la huida, no quería ser la siguiente víctima. Esperó un rato hasta que notó cierto nerviosismo al otro lado de la puerta, en el bar. Si la buscaban directamente en el aseo de señoras, le daba tiempo a huir, pero tenía un riesgo del cincuenta por ciento de ser atrapada... aunque quizá el hueco de la ventana fuese suficiente. Manolo García
Ante la imposibilidad de salir de aquel cuarto de baño que cada vez la ahogaba mas, no pudo evitar un flash de su memoria, las imágenes recorrían su mente a velocidades inimaginables, nombres: cientos de nombres, miles de nombres la llamaban con letras que no coincidían al suyo, ¿ Cuantas juanas y marías habían sido sus homónimos por un leve transcurso de tiempo?, y entonces de nuevo las imágenes de cuando empezó todo: del primero que murió por su causa, del pobre diablo que se suicido por su amor y que sin quererlo marcó el resto de su vida ASESINA le gritaba la madre del chico cada vez que la veía pasar, ASESINA le gritaban compañeros de clase, y ella: joven e influenciable decidió que lo seria, que ya estaba bien de llorar por una muerte que no causó, que desde ahora no lloraría en absoluto por las que si provocaría. Un movimiento de flequillo, un cristal roto y un exceso de silencio la trajeron de nuevo a la realidad, al bar, al camarero y al cuarto de baño... Angie
Lo que estaba claro es que quedarse ahí no era seguro. Sabía que algún día se toparía de frente con su pasado, pero no esperaba que fuese tan pronto, y mucho menos en un momento tan inoportuno con un cadáver en el coche...
Al camarero lo conoció en su vida anterior, cuando todavía no se llamaba Carla, cuando todo se le complicó.
Sabía que de un momento a otro empezarían a sonar sirenas de policía, y que para entonces ya sería demasiado tarde, así que abrió la ventana, y aunque con cierta dificultad, logró salir.
Fue entonces cuando vio a un grupo de adolescentes borrachos intentando abrirle el maletero. ¿Pero es que van a venirme todos los problemas seguidos? ¡Primero el móvil, luego el camarero, y ahora estos chavales! ¡Como lo abran si que estoy acabada!
-¡Maldita sea! ¿No os han enseñado educación en vuestra casa? Irune
Desesperada, saca el arma y los apunta con ella, disfrutando por una milésima de segundo su expresión aterrada. Hace señas innecesarias para que se alejen del coche, porque ellos ya han empezado a correr en dirección contraria, internándose en la oscuridad.
Miró tras ella, y sus ojos se encontraron por un momento con los del camarero, que había salido a la puerta, el que la conoció cuando aún llevaba la piel intacta, y no en jirones, como ahora. Le pidió con la mirada que no dijera nada, que si guardaba algún recuerdo bueno de ella, que callara. No estaba segura de si le haría caso, y no tenía tiempo para quedarse a averiguarlo, las sirenas se oían ya, y tenía aún mucho que descubrir.
Subió al coche y arrancó a toda velocidad, recitando entre dientes el número de la única persona en el mundo en quien aún podía confiar, y que estaba segura, le ayudaría a salir de ese embrollo.
Una vez que se encontró lo bastante lejos del lugar, segura de que no la seguían, aparcó el coche junto a una caseta telefónica, y rebuscando en sus bolsillos encontró un par de monedas. Sin pensarlo, marcó los dígitos, y su respiración se agitó aún más al reconocer la voz al otro lado. Aglaia
No sabía que hacer, ni que decir… el número que veía en el visor de la cabina telefónica era correcto, pero, en cambio, la voz que contestó y descolgó el auricular no era la que esperaba a oír.
De pronto se sintió confundida, mareada, la cabeza le daba vueltas, sentía su corazón palpitar con fuerza fruto del nerviosismo.
¿Qué estaba pasando?
Se sentía fuera de la jugada, como si estuviese viviendo esta noche desde fuera de su cuerpo, como una película de serie B que ves y dejas pasar una noche aburrida sin pararte a estudiar los detalles.
El interlocutor sabía que era ella, la conocía perfectamente así como su respiración entrecortada y superficial en los momentos de ansiedad y en los sucesos que momentáneamente la superaban.
Y la llamó, pero no por su nombre, dijo su Nick en clave, su nº de agente.
Y de repente ella colgó. No supo o no quiso reaccionar.
Se sintió asustada, derrotada, se dejo caer en el suelo, junto a una cabina sucia y de cristales rotos. Ya no pensaba en el cadáver del maletero, en el camarero del bar, en las sirenas de policía que podría oír de forma inminente… su cuerpo, derrotado, presentaba una fragilidad inmensa. Su mente, en cambio, luchaba de forma inconsciente por ordenar todo lo que estaba pasando esa noche. Alma
Luchó con todas sus fuerzas por mantenerse serena, por seguir teniendo el control que hasta ahora no le había fallado en ningún momento, pero en cuanto éstos últimos pensamientos cesaron en su cabeza, Carla se desvaneció sobre el suelo mojado y quedando aplastada su espalda por los cristales, que ya no podía sentir con dolor.
Una hora después, entreabrió los ojos, resultandole pesados los parpados, se quejó para si misma, sintiendo todo su cuerpo dolorido. Tardó unos minutos en reaccionar y trasladar a su mente, como fotogramas en blanco y negro, las imágenes y secuencias de todo cuanto había pasado esa noche, creyó por segundos haber vivido una analepsis o flash back, en donde se veía sonriendo junto a su marido y sus dos pequeñas; una imagen que se iba distorsionando a medida que notaba en su espalda, la mano tosca y brusca de alguien que la levantó de un tirón. Fue entonces cuando abrió por completo sus ojos, y escaneo en su retina todo cuanto tenía alrededor. Apenas pudo apreciar ningún objeto, bajo esas sombras que cubrían lo que parecía un local desalojado y antiguo, sintiendo el olor mugre característico de muchos antros a los que tuvo que ir, por obligación “laboral”.
Un hombre de metro noventa y cabellos largos y mugrientos la sostenía por los hombros, sin querer aparentar su temor, lo miró desafiante, y tomó la decisión de volver al control de si misma, a sabiendas de que en aquel momento fuese impropio.
-¿Puedo preguntarle que hago aquí, y porqué me sostiene apretándome fuertemente?-apenas sonó segura su voz, sin poder evitar temblarle la voz.
-Sonó de aquel tipo una carcajada tan estridente como burlona, cosa que hizo inquietar más a Carla... Mayte
¡Mira muñeca, tú te vienes conmigo y sin rechistar!
Arrastró a Carla junto al maletero, empujó la manecilla y con gran esfuerzo la introdujo en él. Carla se acurrucó junto al cuerpo que no hacía ni un día le había dado calor y, en cambio, ahora, lo sentía frío como el hielo.
No luchó, no se rebeló contra el hombre mugroso que antes de cerrar el capó, la lanzó un beso, mientras marcaba una tecla en el móvil… de Carla. Automáticamente le vino a la mente, el móvil se lo debió dejar en la casa de su compañero de mortaja, hacía sólo cinco minutos que lo había echado en falta y, ese tipo, alías el mugriento, lo manejaba con tanta familiaridad que parecía suyo, pero ella estaba segura que era su móvil, llevaba colgado una pata de conejo blanco...
Desde el maletero, apenas si podía escuchar la conversación telefónica que el mugriento estaba manteniendo, pero le pareció oír un gruñido seguido de un ¡Sí jefe, ahora mismo se la llevo!
En pocos segundos notó el motor de su coche de segunda mano con placas dobladas. Intentó recordar qué matrícula había puesto esa semana y esbozó una sonrisa al recordar que llevaba puestas las 007LPM (Licencia Para Matar).
Ahora, con el zumbido del coche se estaba quedando adormilada, pero le quedaron fuerzas para dar un suspiro y pensar que… era lo mejor… dejarse llevar hasta la madriguera del conejo, así vería de qué color era y si le faltaba algún miembro… MariCariIntentaba relajarse, el sueño le vencía, pero sentía demasiado frío. No podía parar de temblar. Su cuerpo y su mente no respondían. Ni siquiera era capaz de enlazar una idea con otra. Que es lo que estaba pasando. Se había quedado fuera de juego y sentía una rabia tremenda. Maldita sea, como he podido llegar a esto sin apenas darme cuenta.
De pronto, el coche se detuvo. Oyó como se abría lo que parecía una enorme puerta de hierro. La puerta se arrastraba lentamente. El coche avanzó unos metros más y volvió a dentarse.
La puerta del maletero se abrió y el hombre mugriento la agarro fuertemente para sacarla del maletero. Tenía las piernas entumecidas, así que, se dejó llevar.
Vio que estaban delante de una nave industrial, pero no pudo reconocer el lugar. Entraron por una puerta trasera que daba directamente a un cuarto de grandes dimensiones. Al final de la sala, pudo distinguir la silueta de un hombre que parecía bastante obeso. Intentó verle la cara pero era imposible, un gran foco apuntaba directamente a su cara y le obligaba a entrecerrar los ojos demasiado.
Una voz familiar le saludó. -“Vaya, vaya, has sido una niña mala”.
No podía ser, pero estaba casi segura, - “¿X?, ¿eres tú?”
- “Cállate zorra!, has tenido que estropearlo todo. El trabajo era muy fácil, pero tú tenías que follártelo. ¡¡Maldita imbecil!. Espero que al menos no hayas sido tan estúpida de enamorarte de él. Claro, que si ha sido así, puedes sentirte feliz, porque no tardarás en reunirte con él..." LA TETA REINA
Aquellas palabras retumbaron en los oídos de Carla, hasta el punto de transportarla unos cuantos días atras...unos días que para ella habían supuesto el reencontrarse con unos sentimientos que ya casi ni recordaba...por su mente empezaron a sucederse a velocidad de vértigo multitud de escenas del romántico encuentro con su "víctima", y de repente experimentó lo que tantas veces había escuchado en otras bocas...
Su vida estaba pasando por delante de sus ojos en décimas de segundo,
-será ésta la señal inequívoca de que mi historia está llegando a su fin...murmuró con la voz entrecortada.
-Que estás susurrando...maldita zorra!!, le increpó el sujeto que permanecia en la penumbra...
-Verás Carla...nunca imaginé que llegaríamos a esto...pero en esta ocasión te has pasado de la raya...y ya no puedo defender más tus devaneos sentimentales ante Don Giulianni...-le increpó con voz gritona "X"-...has sido mala Carla, una niña muy... pero que muy....mala y ha llegado el momento de que recibas tu castigo....
Carla sólo tuvo tiempo de echar una ojeada rápida a la figura que se acercaba sigilosamente por su lado izquierdo...cuando reconoció que era una figura familiar...era "el mugriento", a medida que se acercaba a ella pudo comprobar que le estaba haciendo señas con la mano que le quedaba libre...ella no podía dejar de mirar la pistola que aquel hombre empuñaba en la otra mano.....instintivamente cerró los ojos..... Anakonda61
Su vida estaba pasando por delante de sus ojos en décimas de segundo,
-será ésta la señal inequívoca de que mi historia está llegando a su fin...murmuró con la voz entrecortada.
-Que estás susurrando...maldita zorra!!, le increpó el sujeto que permanecia en la penumbra...
-Verás Carla...nunca imaginé que llegaríamos a esto...pero en esta ocasión te has pasado de la raya...y ya no puedo defender más tus devaneos sentimentales ante Don Giulianni...-le increpó con voz gritona "X"-...has sido mala Carla, una niña muy... pero que muy....mala y ha llegado el momento de que recibas tu castigo....
Carla sólo tuvo tiempo de echar una ojeada rápida a la figura que se acercaba sigilosamente por su lado izquierdo...cuando reconoció que era una figura familiar...era "el mugriento", a medida que se acercaba a ella pudo comprobar que le estaba haciendo señas con la mano que le quedaba libre...ella no podía dejar de mirar la pistola que aquel hombre empuñaba en la otra mano.....instintivamente cerró los ojos..... Anakonda61
Bravo bravo bravooooooo!!!.
ResponderEliminarNo tengo palabras ahora mismo para describirte mi admiración hacia vos....
Solo, gracias por ser como eres, y querer ser mejor cada día.
Tu amiga incontable, Mayte.
Mayte.....gracias por tus palabras.....yaaaaaaaaaaa estáááááááááááááá!!!! lo hice...lo hice...jajajaja!!!
ResponderEliminarGracias por ver lo que a mí me cuesta tanto!!!!
Un beso de verdad...gracias
Excelente!!!, cada vez se pone mejor!!!
ResponderEliminarAy ay ay, que se la cargan, no quiero ni mirar, me da mucho miedo.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que te hayas animado a formar parte de esta historia.
A ver cómo continúa la cosa, que cada vez queda menos.
Un beso grande.
¡Muy bien! Felicidades, qué bueno ha quedado esto. ¿Será que Carla termina muerta? Ay, pero qué nervios.
ResponderEliminarEntre el mugriento, X, y ahora Don Giovanni, no sé cómo sale de esta la pobre.
A esperar, besos.
Ay que miedito me da... que esto es como las pelis, en el ultimo segundo (post) se salva que mi pobre corazon no soportaria mas muertes de protagonistas que todavia estoy rollando por jack a ritmo de My heart will go on
ResponderEliminarHola Flac_k, gracias por pasar a visitarme y por tus palabras...vamos mujer ¿no te animas a salvar a la pobre Carla?...yo también me resistia a escribir...pero Dios estaba tan nerviosa que al final decidí implicarme...ah!!! he de confesar que tuvieron que empujarme....jajaja!!!!
ResponderEliminarBesitos preciosa!!!
Hola Ana...¿tú crees que el mugriento lo hará??? yo apostaría a que le echa un cable...¿no?...jajaja!!!
ResponderEliminarque románticas somos...no nos gusta la idea de que Carla desaparezca así sin más....
Besitos novelescos!!!!
Aglaia...gracias wuapa...la verdad esa no era mi intención...a mí me gustaría que con la ayuda del mugriento y con un par de ovarios...Carla sacará fuerzas de flaqueza y luchara por su vida...jajaja!!! lo que hace ser una cinéfila!!!! parezco un productor de Hollywood...dando órdenes de como quiere el final de su peli...jajaja!!!
ResponderEliminarBesitos amiga!!!!
Hola Angie...estoy contigo...Carla no puede morir...claro que no...y menos sin presentar batalla...hasta ahí podíamos llegar...os recuerdo que es una mujer...y las mujeres no nos damos por vencidas...!!!!
ResponderEliminarWuapa no sé a que Jack te refieres en el comentario...quizás sea Jack Bauer...de la serie "24"...OMG!!!!!no me digas que al final...la palma!!!! por favor sácame de dudas...estoy en un sinvivir!!!!
Besitos!!!!
Anakaonda: Claro que no puede morir sin luchar... seguro que sabes de cual Jack hablo de JAck Dawson, si la cancion lo dice todo... te dejo un link y en cuanto lo veas seguro diras ahh pues claro
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=aQr7xEjhRVA
Besitos
Angie...gracias por el enlace...claroooooo....que boba, pero la verdad no me acordaba del nombre de Leo en la pelí....pero digo yo...pensando con la única neurona que tengo...no era más fácil...poner Titanic...directamente???...es broma eeehhhh!!! el fallo es mío por no prestar atención al título de la canción...porque aunque Titanic es un peli que me gustó...prefiero un millón de veces a la increíble Celine Dion!!!!
ResponderEliminarUn abrazote y gracias por la ayudita!!!!
Qué bien, al final te has animado!!!
ResponderEliminarY te ha quedado genial. A ver quién sigue, porque ya va quedando menos para el desenlace...
Un beso!
¡Esta es mi chica! me alegra que te hayas decidido a participar tomando el relevo a los anteriores amigos que tanto suspense están creando.
ResponderEliminarEn tu fragmento del relato me parece atisbar un rayito de esperanza para nuestra vapuleada pero valiente protegonista.
Me encanta como lo has editado.
Enhorabuena a todos y que continúe..
Muchos besos
Hola, Ana, me decidí, lo sigo en mi blog, cuando esté listo te aviso. Parte 17. Un abrazo ;)
ResponderEliminarListo Anakonda, este es el vínculo de la parte 17.
ResponderEliminarhttp://habiaunavezotravez.blogspot.com/2010/10/el-juego-del-relato-segunda-entrega.html
Ojalá alguien la termine rápido!!
Un abrazo
¡Bravo ma fille!!!! Lo has bordado... y ahora... qué sigue... qué sigue... a quién le toca... ¡Que le saque punta al lápiz!... que el tema está un poquito escabroso ¿verdad? Bss, vente a conocer Japón... te echo en falta... necesito tus palabras!!!
ResponderEliminarPero dónde está mi comentario??? Vaya xD
ResponderEliminarNiña, que me ha gustado mucho... y te decía ma fille y todo... ¡jopé! esto no es justo... Me ha gustado mucho y he pasado para ver qué tontería (aquí risa sarcástica)me habías contestado y no me veo y digo... "posfale"
Sabes ya está medio salvada Carla en la siguiente amiga, pero tu parte, tu parte ha sido.. grosera rayando en la zorrería, je, je, con mucho peso, je, je, vamos, que me ha gustado... casi la matas... pero ya te digo para mí que http://habiaunavezotravez.blogspot.com/ la ha salvado ¿lo has leído?
Bss y no me has dicho nada de mi viaje a Japón... ¿no te ha gustado?... ¡me tienes en ascuas hermana!
Hola Cactus...que alegría encontrarte por mi rincón...sí al final he dejado la vergüenza un ratito aparcada...pero como le he dicho antes a Flac_k...han tenido que empujarme...que digo empujarme...casi me tiran por la ventana...jajajaja!!!
ResponderEliminarBesos enormes!!!!
Wendy...wuapísima primero que nada un besazo...y gracias porque a partir de tu parte en el relato me enganché...si literalmente me enganché con esta historia...bueno lo del rayito de esperanza me pareció que debíamos echarle un capote a la pobre Carla...es que la pobre llevaba unos días....FATAL!!!
ResponderEliminarBesos a pares!!!
Flac_k preciosa!!!! Bravo Bravo Bravo Bravo Bravo!!!! así me gusta con valentía!!! como la que seguro nuestra Carla afrontará este momento tan dificil en el que la hemos puesto...jajajaja!!! pero si es que somos la HOSTIA!!!! venga hay que animarse...estoy segura que el mugriento...la salvará...el amor dicen que mueve montañas...
ResponderEliminar¿ó no???....jajaja!!!
Besitos lindos mi niña!!!!
MariCari mi niña terremotillo...aquí están tus comentarios los "dos"...ayer estuve fuera y no me dió tiempo de leer vuestros mensajes...de verdad que lo siento...perdona!!!!
ResponderEliminarYa sé que estás de los nervios...por saber que le pasa a nuestra adorada "Carla"...pero toma una tila y deja ya de comerte las uñas...esto es un desastre...querida lo tuyo no son dedos...son muñones!!!!
así que por el cariño profundo que te profeso....,POR DIOS!!!! que alguién continúe con el capítulo 18 de esta novela...,este es un llamamiento a toda la poblacion "bloggeril"....corto y cierro!!!! tengo que dejarte mi amor...verás me han invitado a conocer Japón...y tengo un poquito de prisa.
PD. Esta vez dejo a Mr.Darcy en casa!!!!...este es un viaje SOLO para mujeres...jajaja!!!...cuando regrese os cuento tooodoooooo lo que vea!!!!
Millones de besos...eres una "tia cojonuda"...con perdón!!!!
La cosa pinta muy mal para Carla, ya lo creo. Mira que os gusta hacerla sufrir jajaja
ResponderEliminarEstupenda aportación al relato, Anakonda, añadiendo tensión a la historia, y dejándonos con la miel en la boca. A ver qué sale de la imaginación del siguiente valiente.
Un saludo
Hola Anto y bienvenido a mi rincón...muchas gracias por tus palabras...bueno no sé como acabará la historia...pero me gustaría que le echara una mano el mugriento, pero en el buen sentido, ehhh!!!jajaja!!!!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!!!!